La Sabiduría de los Niños, Historial Real




Historia Real

Ayer me senté en un parque cercano a mi hogar, donde los niños se divertían en los columpios y juegos. Observé en silencio cómo jugaban y reaccionaban entre ellos cuando querían usar las mismas atracciones. 


Entonces, presencié algo fascinante.

Dos niños de unos 3 o 4 años empezaron a discutir sobre quién tendría el derecho de usar el tobogán, bloqueando al otro para que no pudiera disfrutarlo. 


Lo curioso fue que otros niños, de la misma edad, se acercaron para resolver el conflicto, dejando atónitos a los adultos presentes. 


Una niña preguntó: "¿Por qué os peleáis? Hacéis mucho ruido y la solución es fácil". Luego, otro niño agregó: "¿Necesitáis ayuda?".


Hubo un momento de silencio, y luego la niña dijo: "Todos podemos jugar, pero uno por uno y sin pelear". 


El otro niño propuso: "Si queréis podemos jugar todos juntos y así véis como se hace". 




Los dos niños que inicialmente discutían estuvieron de acuerdo con la propuesta y jugaron todos juntos durante mucho tiempo, entre risas y alegría.


Esto, queridos amigos, es sabiduría. En lugar de caer en una disputa que podría haber escalado, estos niños encontraron una solución donde todos ganaban y se divertían. 


No hubo necesidad de que un adulto intervenga; los niños, tan pequeños como eran, se hicieron cargo de la situación, mostrando una habilidad para resolver problemas y cooperar para el beneficio de todos.


Esta experiencia me llevó a reflexionar sobre cómo estos niños, con su comportamiento, nos enseñan una lección importante. 


Nos muestran que hay otra forma de abordar los desafíos, una que no involucra luchas ni sufrimiento repetitivo. Nos recuerdan la importancia de reconectarnos con nosotros mismos y con los demás, guiados por el corazón.


Todos sabemos intuitivamente que estamos unidos por una misma esencia. El siguiente paso es tomar conciencia de esa conexión interna y empezar a construir una vida basada en esa comprensión. 


Esta toma de conciencia desencadenará la sabiduría que todos llevamos dentro, y si la ponemos en práctica, veremos cómo transforma todas las áreas de nuestra vida, tanto individual como colectiva.


Nuestra intención pura, nuestros sentimientos genuinos, nos abrirán las puertas a una forma de vida más auténtica, donde todos saldremos beneficiados.





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