Recuperación del principio Femenino





La recuperación del principio femenino es imprescindible dado que la actual crisis socio-ecológica radica en que éste haya sido eliminado de la sociedad industrializada. 


Sin embargo, si miramos atrás en la historia de la humanidad, la preeminencia de una sociedad patriarcal en la que la mujer no es más que un objeto al servicio de la perpetuación del propio imperio, es reciente. 


Empezando por el mito de Eva, como un ser imperfecto y pecador, y pasando por la quema de brujas, la mujer, salvo momentos excepcionales en historia de los últimos cinco mil años, ha sido lamentablemente despreciada. 


No hace ni cien años que la mujer occidental sufría el más absoluto desprecio social (y aún persiste en la mayor parte del planeta). Por ello, sólo podremos avanzar hacia una sociedad sostenible asumiendo "el principio femenino de la Vida". 


De hecho, es el dualismo, de género distinguiendo entre hombre y mujer, de humanidad por un lado y la naturaleza por la otra, lo que ha propiciado la violencia destructora hacia todo aquello que no se quiera someter a nuestra voluntad. 


El principio femenino no es exclusivo de la mujer sino que es el principio de la creatividad, de la naturaleza, del ser humano. 


Por eso en la naturaleza el principio femenino es como una unidad, los dos aspectos de un mismo ser. Respecto a la naturaleza esto significa verla como un organismo vivo. 


Respecto a la mujer supone considerarla activa y productiva y en cuanto al hombre, el principio femenino inspira promover la vida por encima de cualquier situación y, por tanto, vinculada a la diversidad y el compartir.


Por otra parte, el conocimiento íntimo del ser humano requiere de saber distinguir las fuerzas masculinas y femeninas presentes en el universo, del cual el ser humano es una gota más. 


De hecho, encontramos en algunas filosofías humanas el reconocimiento de que el universo es la unión de estos dos principios, el principio femenino asociado a la materia, la fuerza y la energía en constante mutación con el principio masculino relacionado con la conciencia, la idea y el pensamiento. 


Desgraciadamente, la masculinización social de los últimos más de cinco mil años, bloquea encontrar cualquier otra interpretación que no sea la dominante y en la que el principio femenino está ausente.


Es hora de retomar la esencia pura de la Naturaleza...unificar ambas energías siendo UNA ... y recuperar el equilibrio perdido...(Fundación Tierra)




La humanidad está pasando por un difícil rito de pasaje, una “noche oscura del alma” previa al nacimiento de una nueva conciencia.


Parece ser que estamos viviendo en medio de un despertar evolutivo de proporciones globales que en esencia proviene de la ascensión del alma del mundo – una activación del principio femenino expresada como la ley de relación y amor. 


Lo que hagamos o dejemos de hacer en este momento no sólo afectará el curso de nuestras vidas personales, sino que colectivamente afectará al tercer milenio y al futuro de nuestra especie, al igual que a la vida del planeta. 


La recuperación del principio femenino requiere una reorientación de la conciencia – una receptividad que no sólo nos abra a los eventos que ocurren en el mundo exterior, sino que además establezca un diálogo con el mundo interior invisible –, volverse receptivo a la voz del alma. 


La activación del principio femenino nos está ayudando a volvernos más equilibrados, articulando valores que respetan y sirven a la vida y están basados en la compasión, la relación y la empatía.


Hombres y mujeres trabajando juntos forman una nueva entidad colectiva que es sostenida por valores compartidos y un compromiso compartido de implementarlos.


En esta nueva colaboración mundial a favor de la vida, han sido colocados los cimientos para el desarrollo de una imagen contemporánea de hombres y mujeres como custodios sagrados de la Tierra – sagrados porque somos participantes de un universo que es cada vez más reconocido como sagrado.


La recuperación del principio femenino ha sido como el descubrimiento de un preciado tesoro. Una nueva imagen del espíritu como la totalidad de todo lo que es está comenzando a devolver la naturaleza, la naturaleza humana, la materia y el cuerpo al reino de lo sagrado. Le está dando a la mujer voz y valor y una imagen sagrada de sí misma. 


Por sobre todo, está recuperando para nosotros la imagen perdida el alma y nos está reconectando con nuestros instintos y liberando nuestra imaginación creativa. Está llevando a cabo una profunda alquimia por debajo de la superficie de nuestra cultura. 


Mujeres y hombres están participando por igual en un proceso de transformación que está dando a luz a un nuevo enfoque social, uno cuyo énfasis ya no está puesto sobre el poder y el control sino sobre la relación y una mayor conciencia de la conexión entre todos los sistemas de la vida. 


La frase "la conquista de la naturaleza" está siendo reemplazada por la recuperación de la conciencia de que la humanidad y la naturaleza participan de una realidad más profunda y aún no explorada que los abarca a ambos. 


La conciencia ecológica se está convirtiendo en una prioridad para todo el mundo. Los hombres al igual que las mujeres están empezando a responder al inmenso desafío de definir y vivir un nuevo rol responsable en relación con nuestro hogar planetario.


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